LA PSICONUTRICIÓN

¡¡¡No me gusta la verdura!!! ¡¡¡No me gusta el pescado!!! ¡¡¡Yo no como carne!!! Cuánto rechazo a muchos alimentos o grupos alimenticios. Pero lo que la mayoría no sabe es que detrás de un rechazo alimentario o de una intolerancia hay un origen psicológico, una conducta errónea, incluso un trauma. Casi con toda seguridad esa conducta no parece evidente o incluso parece no tener ningún sentido.

¿Pero cómo se pueden relacionar el rechazo a un alimento con una conducta? La comida tiene mucha información: el sabor, la textura, el olor, la sensación, la temperatura, etc. Cuando en una cata de vinos el enólogo dice "este vino tiene un carácter atrevido y un sabor intenso que..." está conectando con la psicología del producto. Esa psicología entra en contacto con el mundo interior de la persona que bebe ese vino y se produce una comunicación. Con la comida pasa lo mismo, se produce una comunicación interna entre los caracteres de ambos, el de la comida y el del comensal, que lleva a una relación entre los dos; por lo tanto, esa relación puede ser provechosa o puede suponer un rechazo. De la misma manera que en psicoterapia trabajamos con personas que tienen dificultades para relacionarse o sociabilizar con los demás, en psiconutrición trabajamos con personas que tienen dificultades para relacionarse o sociabilizar con la comida.

Pero ¿Dónde está la clave? La clave está en el arquetipo que define el carácter del alimento y de la persona, esa simbiosis es la que nos lleva a descubrir esa relación entre ambos.

Una persona de 35 años de edad entró en consulta con la sana intención de perder 10 kilos para el verano. Después de haber pasado por más de 30 dietas y ninguna le había funcionado decidió venir a psiconutrición. Al estudiar su caso de gordura que se resistía a perder, descubrimos una conducta oculta que tenía origen en un trauma infantil, basado en un rechazo inconsciente por parte de la madre ¡¡Cuidado!! esto no significa que todos los casos de obesidad tengan que ver con una relación de rechazo con la madre. La relación entre la persona y la comida requiere de un compromiso importante con uno mismo, una relación sana, una cuestión de autorespeto y de autoestima.

Quizás ahora pueda quedar más claro el sentido de la mítica frase "Mens sana in corpore sano".

Buen provecho

Ilde García
Psicoterapeuta y Nutricionista
Colaborador Instituto AMI y Centre positiva-Ment
ildegarciachica@gmail.com
T. 628 704 281

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