A menudo, bien en el trabajo o en cualquier otra situación, esperamos un resultado que no solo depende de nosotros, sino también de terceras personas

Por ejemplo, puedes estar esperando a que unos clientes acepten tu proyecto, el resultado de una entrevista, cualquier cosa en la que tú hayas volcado tu parte de esfuerzo pero el resultado final dependa de otro

Pues bien, en estas situaciones son normales los nervios, incertidumbre, dudas...pero si tenemos la mínima posibilidad de que el resultado sea el deseado, debemos focalizar toda nuestra energía ahí

Lo primero ¿crees en lo que haces? ¿lo que estás defendiendo realmente piensas que merece la pena? Si la respuesta es sí, ya tienes recorrido un buen trecho del camino porque eso es lo fundamental. Lo siguiente, es estar siempre centrado en lo que deseamos que ocurra, no en lo que no deseamos

Si pasas demasiado tiempo pensando "¿me dirán que sí? ¿aceptarán mi propuesta? ¿necesito una respuesta, si no es la que espero qué haré? En este caso, tu energía se está centrando en los nervios y dudas. Debes de repetirte frases que contengan lo que sí quieres que ocurra, en presente, como si ya estuviera conseguido

Puedes pensar incluso en un plan B para que cuando las dudas te asalten te tranquilices sabiendo que tienes un as en la manga. Pregúntate qué harías en caso de que no estuvieras conforme con esa respuesta, esto te hará abrirte a múltiples posibilidades, incluso te sorprenderás de los caminos que eres capaz de abrir con tal de llegar hasta tu objetivo de una manera u otra

Si te cuesta centrarte en lo que deseas conseguir y no ves más de una posibilidad para salir adelante, es el momento de contactar con el equipo terapéutico del Instituto A.M.I., con un buen trabajo conseguirás adoptar el hábito de que cualquier proyecto en tu vida bien trabajado y focalizado, obtendrá el resultado que deseas

Instituto A.M.I.