Cuando nos sucede algo en la vida que nos desagrada, que nos daña o que nos hace sufrir, tendemos a hacernos la pregunta equivocada: ¿Por qué?

Parece muy común lanzarse esta pregunta en momentos de dolor y nunca o casi nunca obtenemos una respuesta. Quizás podamos obtener tan solo una respuesta que con seguridad te mantendrá donde estás o te hará que vuelvas al pasado para seguir preguntándote de qué otra manera podías haberlo evitado

Una pregunta muy constructiva que sí te hará ir hacia adelante es: ¿Para qué?

En este momento ya cambia tu nivel de comprensión aumentando considerablemente. Buscar tu para qué, hará que descubras qué puede hacer esa experiencia por la que estás pasando para hacerte crecer y evolucionar, qué aprendizajes puedes extraer, qué oportunidades encierra y después, entenderás el porqué

Entenderás por qué y para qué has tenido que pasar por eso, así tu nivel de comprensión irá aumentando cada vez más. Aumentarlo traerá como consecuencia que a partir de este momento cualquier cosa que te suceda tanto en tu presente como en tu futuro, no haga que te quedes inmovilizado y sepas ver la oportunidad disfrazada

Si te sientes atrapado por una experiencia negativa, analiza bien las preguntas que te haces y comienza a cambiar el enfoque de las mismas

Decide si prefieres quedarte quieto o hacer que tus preguntas y respuestas te lleven hacia adelante. Sin duda saber hacerse buenas preguntas, es un arte que trae muchas recompensas

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