Muchas de las relaciones que tenemos en la vida, con parejas o amigos, son grandes oportunidades de desarrollo

Tanto las personas que más nos hacen sentir rabia, rencor y cualquier tipo de emoción negativa, como aquellas que nos hacen sentir un amor y felicidad especial, son las correctas para nuestra propia evolución

Algunas llegan a nuestra vida para quedarse, otras sin embargo se van cuando han cumplido con lo que debían enseñarnos. Las que nos enseñan a base de problemas (que en realidad son oportunidades) a veces salen de nuestra vida de una manera desagradable que nos deja una gran sensación decepción, sensación que desaparece una vez que dejamos al lado el rencor y entendemos que todo lo que ocurre, es por algo

Las que nos enseñan con felicidad, a veces también salen de nuestra vida y aunque nos cueste aceptarlo, debemos extraer el aprendizaje y dejarlas marchar, sin apegos emocionales, asimilando sus enseñanzas

Es fundamental asimilar que cada persona que llega a nuestra vida es la correcta y llega en el momento oportuno. Comprender esto, nos hace vivir con más intensidad nuestras relaciones y no sufrir cuando terminan