La preocupación es una epidemia en el mundo moderno. Nos han enseñado que la preocupación es una responsabilidad y aunque a nadie le gusta estar preocupado la mayoría presume de ello en su entorno y hasta se compite para ver quien está más preocupado

Entre ellos una persona que se preocupa lo justo y necesario goza de mala fama y es etiquetada de irresponsable, pasota, “que todo le resbala”

Este enfoque está distorsionado a no ser que dicha persona no esté haciendo un esfuerzo por cambiar todo ello

El preocupado tan solo puede responsabilizarse de su preocupación y crea una realidad de sufrimiento que gira en torno a ella, generando enfados, bloqueos e incluso malestares físicos

Por otro lado la persona que no se preocupa más de lo necesario tiene acceso a la creatividad desarrollando diferentes enfoques de una misma situación y creando con ello alternativas y respuestas nuevas

La responsabilidad que se ejerce en éste caso es para poner en marcha las diferentes alternativas en forma de saber responder al reto sopesando las ventajas e inconvenientes, asumir las consecuencias de los hechos sobre todo las negativas y sacar un aprendizaje de ello, actuar para evitar los posibles errores, asumirlos e integrarlos en el caso de que se produzcan y con todo ello ser capaces de perdonarnos a nosotros mismos en vez de machacarnos

En los procesos de cambio es muy importante tener este enfoque para evolucionar hacia un bienestar, las personas que antes se preocupaban se extrañan de su agilidad para resolver sus problemas y como la preocupación no ejerce ningún efecto negativo en ellos como solía hacerlo antes

Si te cuesta dejar de pensar en tus problemáticas, si sientes que tu vida es un continuo de problemas en uno o varios ámbitos, te sientes bloqueado ante situaciones la Psicoterapia Transpersonal puede ayudarte a través de sus diferentes técnicas